martes, 1 de julio de 2014

Educación imposible: paranoyas de la vida.

Hoy es 1 de julio. Oficialmente para los docentes se ha acabado el curso 2013-2014, lo cual no quiere decir, como muchos piensan que han llegado las vacaciones. Los docentes tienen la obligación de entregar una serie de burocracia que la administración le exige (memorias, informes, actas...), las mire o no las mire, realizar actividades de formación (cursos, seminarios, leer libros, investigar...) y prerarar las clases (tanto aulas físicas, como herramientas docentes) para el curso que está por llegar, independientemente de que lo hagan en el propio edificio escolar, en su casa o tomándose una cervecitas con unas bravas en vistas al mar.

Quien más y quien menos ya ha entregado su memoria anual y está pensando en cómo la distribuirá para el curso que viene.

Algunos, la mayoría, ya está preparando la programación del siguiente periodo, otros están ultimando informes y burocracia para acabar de cerrar ese ciclo que se culmina con el cambio de ciclo y, a veces de colegio.

Pues bien, a 1 de julio todavía no sabemos cómo es posible que la Consellería no haya sacado ya el decreto que regule el currículum de lo que será el primer año escolar de la nueva Ley Orgánica de Calidad de la Educación (curioso título del que se desprende que el reto de leyes orgánicas no enfocadas en pro de buscar la calidad de la educación, pero dejemos la semántica a parte, no nos despistemos.) El caso es que, si se consigue llevar a buen fin esta carrera de fondo, éste va a ser el curso con una preparación más caótica de toda la historia. Nos encontramos redactando las programaciones didácticas basándonos en los proyectos de ley que Consellería ha ido sacando cual globos sonda, tratando de descifrar lo que se deja entrever en el panorama legislativo nacional, echándole sentido común e imaginación y poniendo alguna velita a Santa Fátima para que no nos cambien demasiado las cosas, ya que estamos trabajando sobre algo tan frágil como una copa de bohemia.

Al hilo con todo esto, una cosa que me fascina: Si todavía no ha salido el decreto autonómico... ¿cómo narices hay editoriales que nos venden que tienen adaptados y preparados los libros de texto desde hace tres meses? Y lo más divertido todavía, ¿cómo pretenden que nos creamos que "están adaptados al decreto autonómico? Lo digo porque si me quisieran engañar diciéndome que se han basado en la ley orgánica nacional (y yo me dejara) todavía me podrían engañar, pero que me digan que hace tres meses que adaptaron unos libros a una ley que todavía a día de hoy no tiene una fecha aproximada de publicación, discúlpenme ustedes, pero me resulta imposible de creer.

Consellería, además, para lavar su imagen y quedar bien con los padres saca curiosas notas de prensa y leyes con dudosas interpretaciones en las que se anima a los docentes a reutilizar los libros de texto del año pasado, todo unido a que las principales editoriales han reiterado en numerosas ocasiones que no van a facilitar los libros de años anteriores porque ello les supone perder dinero o dejar de ganar más dinero del que ganarán vendiendo las nuevas publicaciones.

En fin, una paranoya espectacular (no esperábamos menos) que no ha llegado a la calle o, al menos a la mayoría de casas y que, a pesar de resultar de lo más hilarante, no tiene el menor protagonismo ni en los medios, ni en las conversaciones de los bares, donde parece que es mucho más importante si el maestro que les toca a sus hijos lleva vaqueros o viste chinos de cinco bolsillos o si usa falda o pitillos con tacón.

¡Bendito mundo!

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